sábado, 7 de septiembre de 2013

Jugar en consolas vs Jugar en emuladores


De entrada vale aclarar que no soy un fanático ciego, tipo fanboy de una compañía, que no escucha el mas mínimo argumento ni acepta que digan ni una sola palabra en contra de lo quiere o de lo que piensa, toda opinión es válida siempre y cuando se exponga con respeto y sobretodo con argumentos, aunque en este terreno no todo puede ser blanco o negro, ya que hay argumentos objetivos y otros mas personales, que dependen de la experiencia que cada quien haya tenido con lo que vinimos a analizar.

Si somos buenos aficionados a los videojuegos, que para efectos prácticos de aquí en adelante vamos a llamar "gamers", independientemente de si nos sentimos cómodos o no con esta etiqueta (es solamente una manera sencilla de llamarnos, no hay que armar una guerra por eso compañeros gamers), en algún momento de nuestra vida habremos oído hablar de un juego muy bueno, que fue muy popular, o que siempre hemos querido pasar, pero lamentablemente no poseemos la plataforma para la cual fue lanzado (usualmente consolas retro); entonces la manera más fácil y económica de hacerlo es echar mano de un emulador (no vamos a entrar en definiciones ya que si estás acá asumo que sabes exactamente lo que es un emulador). De está manera fue que en su momento, resultó ser mi única opción para poder jugar y enviciarme completamente al Pokemon Red y Yellow, ya que la primera portátil de Nintendo que tuve fue la GBA y eso ya varios años después. 

En esa época jugábamos 4 personas en el mismo teclado. Muy cómodos

Esto mismo sucedería varias veces con el pasar de los años, la falta de consolas me obligaría a usar emuladores para pasar juegos que en su momento no tomé en cuenta, que quería revisitar o que eran muy difíciles de encontrar. Este fue el caso por ejemplo de Chrono Trigger o Earthbound, por mencionar algunos. Otra causa de usarlos era el sitio donde nos encontráramos, o es que ¿que mas íbamos a ponernos a hacer en las salas de sistemas? Era: pasarnos Zelda en Nesticle o Mario 64 en el Project64, apostar en el Mario Kart de SNES, o dibujar casas con la tortuga de Logo. No hace mucho en una noche de siluetas, nos dió ganas de jugar Mario Kart 64, y ¿cual era la única manera?

Como dirían por ahí #lospagarasumadre

Ya en estos días, con la ventaja de tener lo que se conoce como salario, he logrado conseguir algunas de esas consolas nuevamente, y revivir esa experiencia de tener un mando de una NES o SNES en las manos, y puedo decir a riesgo de sonar pretencioso, que definitivamente no se compara. Al menos por lo que he vivido, estos juegos de pasadas generaciones deben ser disfrutados de la manera en como fueron planeados y diseñados, ya que no es lo mismo jugar el Ocarine of Time con un gamepad regular a hacerlo con el control de la N64, claro que no siempre están al alcance de la mano, pero de ser posible, mejor que sea así. Aunque lo realmente importante es divertirse, ¿no? Sin importar la manera.

Estos saltos, aún con stats me tomaron días

Lo último que quería mencionar son los stats, que es el aspecto que más divide la opiniones respecto a este tema. Sin los stats creo que no hubiera podido completarme alguna vez el Adventure Island 1, e hizo mucha mas sencillo el terminar Mike Tyson's Punch Out, pero completar los juegos así no tiene obviamente el mismo mérito que hacerlo con vidas y continues limitados, o teniendo que introducir mil veces un password. Y es que así uno sea honesto y lo pasé sin estas ayudas, sigue sin ser lo mismo. Así que en conclusión, no le echen tanta cabeza a estas discusiones geeks sin importancia y diviértanse con los videojuegos en cualquiera de sus formas que para eso están hechos.

2 comentarios:

  1. de acuerdo, y como dice, los emuladores son una gran opcion de disfrutar aquellos juegos de los cuales no tuvimos la dicha de tener la consola, pero tenemos todo el animo de disfrutarlo, tanto como si tuvieramos la misma

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  2. Exactamente, hay muchos juegos y consolas nada fáciles de conseguir, así como también para echar un par de partidas casuales. Son una gran alternativa, aunque a veces desacreditada.

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